junio 19, 2002

La apertura (indispensable)... de PDVSA

Nuestro petróleo es pesado y contiene mucho azufre, por lo que resulta más difícil de vender que el néctar de nuestros competidores. Gracias al Programa de Internacionalización de PDVSA, basado principalmente en la compra de una serie de refinerías especializadas, parecería que hasta la fecha hemos logrado superar ese obstáculo o por lo menos así nos lo dicen y así lo creemos. No obstante, es triste que nuestra confianza en PDVSA deba resultar de un inmenso acto de fe y no de contundentes respuestas a las preguntas y dudas que flotan en el ambiente.
Hay quienes se preguntan si nuestras refinerías verdaderamente son usadas para procesar crudos pesados, al existir información que apunta a que muchas de ellas procesan crudos livianos y que seguimos contratando con terceros la refinación de los pesados.
Aún cuando suene increíble, hay quienes sospechan, que el verdadero trasfondo de estas adquisiciones obedece a un intento de PDVSA por asegurar que ciertos flujos financieros queden fuera del alcance de las garras de su propietario. En tal sentido, hay quienes llegan a sostener que nuestros tecnócratas petroleros están tan aislados del resto del país, que prefieren que PDVSA pague impuestos al 35% en los Estados Unidos, que pagar el 66% en Venezuela, sólo porque eso le resulta menos oneroso a La Corporación.
Hay quienes piensan que de decidir PDVSA vender algunas de estas refinerías, probablemente no recuperaría su inversión, salvo que se incluya dentro del precio la garantía de un contrato de suministro de crudo a descuento. Algunos sostienen que eso fue justo lo que pasó cuando PDVSA las compró, es decir, que los precios de adquisición fueron demasiados altos, porque de antemano incluían la plusvalía que se podría derivar de una relación preferencial con PDVSA.
Siempre me he preguntado si no resultaría más efectivo vender nuestros crudos directamente en el mercado, así sea con grandes descuentos, en lugar de incurrir en los costos de ejercicios tipo Citgo, tan difíciles de controlar, más aún cuando la propia Citgo, en documentos públicos, reconoce que de todas maneras le compra petróleo a PDVSA a precios por debajo del mercado.
En 1986 declaré a la prensa que no importaba lo bueno, lo capaz y lo meritorio que fuesen los profesionales de PDVSA, si se les dejaba actuar solos y sin supervisión, tarde o temprano, pondrían la torta… eso es humano… Basta el ejemplo de ENRON.
Amigos, por meritorios que sean los meritócratas de PDVSA, siempre serán nuestros empleados, con sus propios intereses. Asimismo por buenos que sean los políticos de turno, tarde o temprano su interés se limitará a cuánto le puedan sacar a PDVSA para el gasto público, para así ganar las próximas elecciones. Es por ello que insisto en la urgencia de un Ombudsman Petrolero o una Comisión Nacional de Energía, fuerte y autónoma, que sólo responda al país civil, para que vigile nuestros intereses a largo plazo.
Señores, aprovechemos el actual despertar de la ciudadanía para exigir la verdadera apertura de PDVSA.
Publicado en Tal Cual 19 de Junio de 2002



junio 06, 2002

Modo a prueba de fallas

QUIENES DEPENDEMOS de las computadoras, alguna vez hemos experimentado el pánico cuando ésta se cuelga por tener demasiados programas abiertos y tenemos que hacer un reset, lo que en cristiano no es otra cosa que apagarla y prenderla. Con angustia esperamos por el autodiagnóstico que aparecerá en pantalla. Si se nos pide reformatear el disco duro... ¡la muerte!, pero, normalmente, nos sugiere usar el 'modo a prueba de fallas', que no es otra cosa que lo mínimo necesario para que el sistema opere, mientras se revisa.
Algo similar ocurre con Venezuela. Su sistema operativo está bajo mucha presión, siendo posible que necesitemos de un reset, por lo que, con urgencia, necesitamos de un 'modo a prueba de fallas' y propongo el siguiente:
Rescatar la gobernabilidad. Entre tanto hablar de privatizar, se nos olvidó la necesidad de un gobierno funcional y de unos buenos servidores públicos.
Rescatar una economía interna diversificada. Nuestra apertura comercial fue ingenua y estúpida, solamente explicable sobre la base de un complejo que nos obliga a buscar un reconocimiento del mundo desarrollado... como si ése importase tanto. Echaría para atrás todo lo convenido... digan lo que digan... y buscaría crear junto con Colombia un mercado doméstico lo suficientemente fuerte para renegociar una nueva apertura... de aquí a unas cuantas décadas.
Política cambiaria... la que no castigue la competitividad de nuestra economía interna, como podría ser la del crawling peg basado en diferenciales inflacionarios.
Ley de Hidrocarburos: Art. 1. Nada de 51-49. Mientras necesitemos de la OPEP para asegurar un precio razonable, la nación debe ser dueña del 100% de la exploración y de la producción. En todas las otras áreas, donde Pdvsa corra el riesgo de perder lo ganado, debería ser 100% privado.
LdH: Art 2. Se crearía un Ente Contralor Civil (ECC) que represente los intereses de la ciudadanía y supervise los arreglos entre los políticos y los tecnócratas de Pdvsa.
LdH Art. 3. El ISLR para Pdvsa se fijaría en el 0% y el ECC determinaría lo que Pdvsa, aparte de las regalías, prudentemente podría y debería traspasarle al Estado.
Deuda pública externa... quedaría prohibido su incremento, ya que ella sólo significa una hipoteca sobre el futuro de nuestros nietos. Además, si los mercados insisten en cobrarnos, como si estuviésemos en mora, por qué no declararla, para que así las calificadoras de riesgo al fin peguen una.
Impuestos... redistribuitivos y bajos, pero 100% cobrados... ante nada los aranceles en las aduanas.
Banca. Crear una Unidad de Bolívares indexados a la inflación, que permita el desarrollo de un mercado financiero paralelo, con depósitos y créditos basados en márgenes reales... pero regulados.
Educación. Reconocer que el valor último de una buena educación privada está en función directa de que exista una buena educación pública.
Seguridad social... empleos, empleos y más empleos.
Seguridad ciudadana... exorcizar el virus del odio, que puede obligarnos a reformatear el disco duro de nuestro país.