diciembre 20, 2001

La Torre Babeléctrica

En Venezuela, nadie conoce cómo se fijan las tarifas eléctricas y mucho menos si son las correctas. Bueno..., excepto los abogados, que dirán que “son la publicadas en la Gaceta Oficial”.¡Kurowski, Usted si que es un exagerado! Amigos, no lo creo y para muestra un botón.

Imagínense la dificultad que tendría la Superintendencia de Bancos para regular, si cada banco usara distintos códigos de contabilidad. Algo así ocurre en el sector eléctrico donde, al menos hasta donde tengo conocimiento, todavía no han logrado introducir un Código Uniforme de Cuentas (CUC).

Recientemente, me atreví a llamarle la atención a las autoridades por su desidia en esta materia y salí regañado. Alberto Méndez, un defensor del sector, en su artículo “La alborada del gracioso”, en donde el gracioso supuestamente era yo, me advirtió: “el CUC... está completamente finalizado, siendo revisado actualmente por las autoridades regulatorias antes de ser presentado a las empresas eléctricas”.

Pensaba dejarlo de ese tamaño, pero cuál no sería mi sorpresa cuando leo que ya en el Decreto 1158 de Noviembre de 1996, denominado “Normas para la Regulación del Sector Eléctrico”, se establecía que “las empresas eléctricas deberán llevar su contabilidad .... con arreglo al CUC que apruebe el Ministerio de Energía y Minas”. Casi me caigo de la silla al ver que se instruía al MEM para que iniciara el diseño del CUC, con el apoyo de la Fundación para el Desarrollo del Servicio Eléctrico (Fundelec), en un plazo de quince días. ¡EN QUINCE DÍAS - EN 1996! Como entenderán, quedé picado y busqué.

¡BINGO! El Decreto 2.383 de Junio de 1992: “Normas del Servicio Eléctrico”, creaba una Comisión Reguladora, que con el apoyo de Fundelec debería “Realizar los estudios técnicos con el fin de preparar el CUC de uso obligatorio de para las empresas eléctricas, a los efectos de la determinación de las tarifas.”

¡BINGO! El Decreto 368 de Junio de 1989: “Normas Tarifarias”, creó el Comité Nacional de Tarifas Eléctricas, con atribuciones para “realizar los estudios técnicos con el objeto de establecer el CUC, de uso obligatorio para las empresas eléctricas, a los efectos de la determinación de las tarifas..”

Por compasión no seguí, pero lo cierto es que, por lo menos desde 1989, andan en esto de preparar un CUC y, ya sea por desidia o por entreguismo ante una industria que se cree beneficiada por el oscurantismo, creo que esto evidencia que el sector requiere y merece de una buena revolcada. Observando la pobre actuación de Fundelec, casi oigo la súplica de un Ricardo III moderno, “Porfa... una República, por un servidor público”.

Hoy, cuando el MEM, con precisión de dos decimales, nos indica un posible aumento del 3.54% en las tarifas para el 2002 y la industria responde que debería ser del 7 al 8%, no se impresionen.... todo es parte de un minué eléctrico y que bien bailado, busca esconder que aquí, en ésta nuestra Torre Babeléctrica, rige la confusión y nadie sabe nada de nada.

Publicado en El Universal, Caracas, 20 de Diciembre de 2001



diciembre 06, 2001

Penumbra andina

En Mayo 2001, desesperados, los gobernadores de los estados andinos promovieron la idea de que la región asumiese la responsabilidad directa por su servicio eléctrico. Tuve la oportunidad de participar en el debate, lo que me sirvió para comprender no sólo el porqué del caos eléctrico de los Andes, sino además el porqué este Gobierno, como dicen, no va pal baile.
Una reunión: de un lado de la mesa, una docena de profesionales de la electricidad dedicados a la generación (Desurca), del otro, un número igual ligado a la distribución (Cadela). Si bien la mayoría vivían en San Cristóbal y trabajaban desde hace años para Cadafe, sin embargo, muchos ni se conocían ni sabían de sus respectivos problemas, no obstante que desempeñaban actividades complementarias. Al oír las preguntas que se intercambiaban los generadores y los distribuidores, quedó claro que el centralismo de Cadafe les había negado a estos profesionales la posibilidad de una visión integral del problema.
Un estudio: leí las premisas financieras usadas para planificar La Vueltosa, un proyecto hidroeléctrico de gran importancia para esta zona, que desde hace mucho tiempo sufre de un racionamiento. Los Andes siempre tendrán un costo de distribución relativamente alto debido a su accidentada geografía, a la ausencia de grandes compradores de electricidad y a la gran dispersión de su población. Pues bien, La Vueltosa, en lugar de buscar servir al consumidor andino para compensar tales desventajas, contemplaba exportar un 60% de la electricidad generada a Colombia y vender localmente la electricidad en función de su precio internacional, prometiendo así unos fabulosos rendimientos del 28% en dólares al capital privado y abundantes dividendos para Cadafe.
Una realidad: las subsidiarias de Cadafe se mantienen débiles, creo que para evitar cualquier movimiento independentista. Basta como ejemplo el de Cadela, que debe depositar en una cuenta central de Cadafe hasta el último bolívar que cobra y, no obstante, en 18 meses no había recibido recursos para instalar ni un solo medidor ni un solo transformador.
Mi conclusión: No hay un argumento válido que justifique impedir que los Andes asuman la responsabilidad directa por su electricidad. Por el contrario, el permitirlo contribuirá al inicio de una reactivación económica basada en una gestión descentralizada, mucho más capaz e interesada en evaluar y aprovechar todas las sinergias posibles.
Mi predicción: ¡Oscuridad! Se nombró una comisión para estudiar la Hidroeléctrica de los Andes, pero el secretario de la misma es el mismo viceministro de Energía y Minas, un recién llegado al sector, que le respondió a los que solicitaban la regionalización con algo como 'No se preocupen, ya sus problemas están resueltos, ya inicié conversaciones con unos de Italia para arreglarles La Vueltosa'. Al observar, además, como las compras de electricidad a Colombia también las negocia el mismo vice, parecería que lejos de descentralizar a Cadafe, a ésta la estuvieran centralizando en el ministerio.



noviembre 22, 2001

Lo privado y lo público del petróleo

Lo privado y lo público del petróleo

Hay fundamentalistas para todos los gustos y las actuales turbulencias del mercado son propicias para que salgan de sus cuevas quienes predican que privatizando el petróleo se dará el milagro que acabará con todos nuestros problemas. ¡Cuidado con su canto de sirenas! 
Sí creo que debemos encontrar una manera más justa y eficiente de entregarle al ciudadano privado los ingresos petroleros, ya que el Estado, habiendo demostrado que sabe ganar en el petróleo, también nos ha demostrado que no sabe gastar. 
Sí creo que todo lo petrolero, distinto a la exploración y la explotación primaria, debe ser 100% privado, por cuanto el Estado no está diseñado para competir con la cruel eficiencia que tales áreas requieren y sólo consumiría inútilmente los recursos ya ganados. 
Sí creo que debemos lograr una presencia nacional privada en el petróleo, que no se limite a vender bombas y tubos. Cuando veo cómo un país pequeño como Finlandia desarrolla tecnologías para usar la orimulsión en El Salvador, mientras que en Venezuela no existe ni un solo generador que use el combustible que buscamos venderle al mundo, me avergüenzo. Por Ley, el 10% de la electricidad en Venezuela, debería ser generada con orimulsión. 
Sí creo que el ciudadano debe involucrarse más con el sector y puedo evidenciarlo con mi trayectoria: cuestionando la apertura... cuando otros lanzaban vivas; criticando los impuestos a la gasolina y los subsidios al carbón por discriminar contra el petróleo... cuando se ignoraba el problema; objetando la protección ambiental... cuando sólo persigue al petróleo; solicitando un ombudsman petrolero... para lograr algún control y sugiriendo el Día del Petróleo... para que el país aprenda a respetar y defender su recurso no renovable. 
Pero... también estoy seguro de que, en sus facetas primarias, la actividad petrolera debe ser 100% del Estado, por cuanto no debemos diluir la poca fuerza que tenemos para defenderlo, lanzándonos por la vía de explotarlo privadamente hasta donde el cuerpo y los costos marginales aguanten y, en tal sentido, le recuerdo a nuestros otros fundamentalistas algunos hechos de la vida real. 
Si Pdvsa fuera privada, olvídense de manejar recortes de producción como hoy, su gerencia podría hasta ir presa en Estados Unidos por actividades ilícitas de cartel. 
Si Pdvsa fuera privada, puede que se caiga la OPEP con lo que a los privados no les tocaría trabajar bajo la cómoda sombra de unos precios OPEP, sino competir contra los menores costos marginales de una industria privada saudita... y pedir cacao... al Estado. 
Si Pdvsa se vuelve privada, seguiría igualita la pelea del Estado por extraerle recursos. 
Amigos, como todos estoy angustiado por mi país y creo que necesitamos, no de menos, sino de mucha más revolución de la que hasta hoy hemos observado. Pero la revolución que yo reclamo, que no tiene nada que ver con el reestreno de obras fallidas con utilería gastada, tampoco se basa en mitos privatizadores y mucho menos en un ¡DALE, DALE! a la piñata de Pdvsa.



noviembre 19, 2001

Para la próxima

Para la próxima

Desde 1997 he publicado 71 artículos sobre el petróleo, sin lograr influir en la redacción de la actual Ley de Hidrocarburos. ¡No importa - clavo pasado! ... ya comenzó la discusión de la próxima Ley y a tal fin les presento un breve resumen de los cambios necesarios. 
1. Cuando en la Florida se prohibió la Orimulsión, busqué promover, sin éxito, la idea de colocar en una valla del aeropuerto de Miami, un pequeño mensaje, de pueblo a pueblo, indicando que eso no era la forma de tratar a sus amigos. Resulta indispensable enseñar al ciudadano a participar en la defensa de su principal activo no renovable, por lo que en la próxima, no podemos seguir ignorándolo. 
2. Es una vergüenza que a los 26 años de haber nacionalizado nuestra industria petrolera, aún no contemos con un ente creíble, capaz de repartir entre la industria y el Estado los beneficios obtenidos por la explotación, de acuerdo con los intereses a largo plazo del país y sujeto a las realidades de un mercado dinámico. Espero que la próxima logre sustituir el fijar a lo macho los impuestos y las regalías, por el uso del criterio flexible de un Ombudsman Petrolero. 
3. Ya se le ha causado suficiente daño al país al desaprovechar los recursos obtenidos por el petróleo extraído, como para arriesgar que la reservas aún no explotadas se dilapiden de manera anticipada. La próxima deberá prohibir toda posibilidad de anticipar rentas fiscales, tales como: el endeudamiento no operativo de PDVSA, las ventas de petróleo a futuro y la negociación de contratos de asociación, que se basen en la obtención de un pago inicial. 
4. El petróleo está expuesto a una continua discriminación mundial con los impuestos aplicados a su consumo, los subsidios otorgados a fuentes energéticas alternas y unas normas hipócritas de protección ambiental. Ante esto, el Estado debe conservar intacta la única defensa posible, que es la capacidad de decidir autónomamente los volúmenes de producción, por lo que imploro que la próxima prohíba cualquier limitación a esa capacidad. 
5. El Estado venezolano, gracias a la OPEP, ha logrado generar altos ingresos petroleros en las fases primaria de exploración y explotación, los cuales lamentablemente luego son diluidos al incursionar en actividades aguas abajo, que exigen una mayor competitividad. Para la próxima, solicito que las fronteras entre la gestión estadal y la privada sean delimitadas con mayor precisión
https://petropolitan.blogspot.com/2001/11/para-la-proxima.html




noviembre 08, 2001

¡Vaya vacatio legis!

¡Vaya vacatio legis!
Cuando la AES compró a la Electricidad de Caracas (EdC) en un precio mucho más alto de lo que se cotizaba en la Bolsa, quedó claramente evidenciado que las tarifas eléctricas eran mucho más altas de las necesarias. De haber existido un gobierno que gobierna, lo primero que debería haber hecho es reducir las tarifas, al menos en un 10%.
TARIFAS. Como consumidor sigo creyendo, que las tarifas que se permite a la EdC cobrar, son un robo de altas. Dado que las autoridades no tienen la más remota idea de cuáles podrían ser unas tarifas correctas, quizás pudieran ver la luz si en Caracas existieran, por ejemplo, cuatro distribuidoras, cada cual con su concesión, compitiendo entre sí, lo que nos permitiría hacer un análisis comparativo sobre la eficiencia con la que cada una de ellas nos traspasa las bendiciones energéticas que Dios le ha dado a Venezuela.
Para suerte mía, la Constitución y la Ley Eléctrica me dan el derecho de poder influenciar en la materia, a través de la Municipalidad y de una Comisión Nacional Energía Eléctrica (CNEE). Para mala suerte mía, parece que tales derechos no los podré ejercer sino dentro de 53 años.
Exceptuando la Isla de Margarita (que ya se embromó) las demás distribuidoras eléctricas del país operan sin poseer concesiones formales. La Ley obliga a solventar ese vacío legal y a tal efecto ha autorizado al Ministerio de Energía y Minas a negociar solito con las distribuidoras convenios transitorios de tres años, con el objeto de otorgarles concesiones por 30 años, prorrogables por otros 20. En otras palabras, sería sólo a partir del vencimiento de estas concesiones, por allá en el 2055, que se nos permitiría a los demás participar en la decisión.
Para quienes como yo no hablan latín, Vacatio Legis se refiere a ese periodo de transición entre la fecha en que se promulga una Ley y cuando comienza a surtir efecto. Sin ser abogado, pienso que 53 años sólo pueden describirse como la madre de todas las Vacatio Legis.
Amigos usuarios de Caracas, creo que debemos hacer algo antes de que nos amarren por más de medio siglo, especialmente ante rumores, que no me constan, de que el nuevo accionista está exprimiendo a la EdC hasta más no poder, lo que puede enredar nuestro futuro eléctrico.
Kurowski ¿qué estás haciendo? ¡Estás asustando a los capitales extranjeros! Quizás, pero estoy harto de oir tantas necedades sobre la importancia de las inversiones extranjeras en un país donde el capital nacional huye. Como hijo de inmigrantes sé que la gran mayoría de quienes ayudaron a prosperar a nuestro país, sólo traían en sus maletas sueños de futuro, ganas de trabajar y un gran agradecimiento a la Venezuela que los acogió.
Mucho más importante que atraer a los capitales extranjeros, es lograr construir tarifas lógicas y estimular la inversión de los mismos venezolanos en sus propias distribuidoras eléctricas. Para esas dos tareas, sí que necesitamos una CNEE buena.
Publicado en El Universal, Caracas, 8 de Noviembre de 2001



octubre 11, 2001

El soberano viceministro

El soberano viceministro
Amigo, si Usted está entre quienes consideran que la capacidad de cuestionar es uno de los principales valores que conforman el capital social de un país y que la participación del ciudadano es esencial para lograr sacar a nuestro país de su triste letargo, siéntese, que le voy a contar algo de terror.
Resulta que la Ley Eléctrica aprobada hace dos años y ratificada hace una semana permite, según su Art. 112, que el día de mañana en la Torre Oeste del Parque Central, en un cuartito oscurecido por la falta de información, un Viceministro del Ministerio de Energía y Minas, con la audacia del amateur, pueda negociar soberanamente una concesión de distribución eléctrica por 50 años para una ciudad como Caracas, con un mercado de 4 millones de habitantes... sin licitación o subasta y sin que el consumidor o sus autoridades participen.
Me niego a creer que después de un período tan largo de frustraciones, donde lo único valioso que hemos conseguido ha sido que la sociedad civil comience a sacudirse su tradicional sumisión, lo anterior llegue a ocurrir. No obstante y por si acaso, hago los siguientes llamados públicos:
1) A todos los alcaldes del país, les recuerdo que el Art. 178 de la Constitución les impone una responsabilidad por los servicios públicos, como la electricidad y que si bien una Ley puede restringirles su campo de influencia, sin embargo no puede sacarlos de la discusión.
2) A los dueños de las distribuidoras existentes, públicas y privadas, no crean que al hablar con el Presidente, un Ministro o un Viceministro, ya lo han hecho con el Soberano, les recuerdo que en materia de participación pública, todita la revolución aún queda por delante.
Kurowski … ¿Qué le pasa? - Únicamente que no confío en las autoridades centrales. Hace poco, ellos mismos dictaron un Reglamento de la Ley que en su art. 53 establece, como primer criterio para otorgar las concesiones eléctricas, “los pagos ofrecidos por la concesionaria a la República” y yo no puedo aceptar el concepto de que la República, en lugar de buscar las menores tarifas, adjudique, cual vulgar comisionista, mercados que no le pertenecen y cobre por ello, como en el caso de la Isla de Margarita 63 millones de dólares, a ser cancelados por el consumidor y con tarifas mas altas que la necesarias.
También me molestó presenciar la semana pasada en la Asamblea Nacional, como en el debate sobre la Ley Eléctrica, una sonriente e irónica gestoría, tipo cogollo, aplastó varios esfuerzos por llevarle más luz al Sector.
Finalmente y para que no me quede nada por dentro, me revuelve el alma la falta de protesta ante la posibilidad de crear un nuevo “meta-Estado”: La EdC-CANTV, que pueda volcar su inmenso poder, no sobre un mercado amplio, sino sobre un pobre e incipiente Regulador. No conozco país moderno, que permita tal exabrupto.
P.D. Algo avergonzado les confieso, que últimamente se me ha metido en la cabeza la idea de que cada vez que enciendo la luz, estoy creando una mini deuda externa y eso me está matando.
Publicado en El Universal, Caracas, 11 de Octubre de 2001
PS. Ese viceministro era Nervis Villalobos.





septiembre 27, 2001

Una pequeña controversia eléctrica

Una pequeña controversia eléctrica
Alberto Méndez Arocha, al leer mis artículos del sector eléctrico, me ha tildado de prestidigitador, mandrágora y gracioso obsesionado, alertándome sobre el riesgo de convertirme en un simple escribidor de pistoladas.
Méndez es un respetado profesional y además, como nos recuerda, un Individuo de Número de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, por lo que sus calificativos me preocupan. No, como él insinúa, por “recuperar un empleo en el sector eléctrico” que jamás he tenido, sino porque cuestiona mi vigencia como articulista. Poder expresar mis opiniones de manera pública es una bendición, a la que trato de corresponder con mucha seriedad.
Por lo anterior, siento la necesidad de aclarar el origen de las diferencias que sostengo con Méndez. Estas nacen de una propuesta sobre un régimen tarifario eléctrico regulado, presentada al Estado por un grupo de consultores contratados, entre quienes se encuentra..... Méndez.
Además, como muchos comparten mi desagrado por pagar tarifas eléctricas, que lucen muy altas, por un servicio público monopólico en un país energéticamente rico, sin idea de cómo se calculan y sin otra explicación que las mismas “son las que dice la Gaceta Oficial”, creo que la discusión puede interesarle al consumidor.
La propuesta incluye reconocerle al Distribuidor su inversión en las redes de distribución, al Valor Nuevo de Reemplazo (VNR) de una Red de Referencia que esté técnica y económicamente adaptada para la prestación del servicio y pagarle, por ese concepto, la anualidad necesaria para amortizar tal valor, durante una vida útil estimada y a una tasa que resulta de utilizar el modelo agregado de tasa libre de riesgo, más el riesgo sistemático de la industria eléctrica, más el premio por riesgo.
¡Uff!... dirán ¿qué significa eso? En dos platos, que si para instalar una nueva y buena red de distribución eléctrica en Caracas se calcula que cueste 3.000 millones de dólares hoy, ése sería el valor que deberíamos usar para decidir cuánto le debemos pagar a la Electricidad de Caracas (AES), por sus servicios.
Pues bien, puede que yo no sepa mucho de moléculas eléctricas, pero sí conozco de tarifas, economía y finanzas y sé que no es justo, ni lógico, pagar por el uso de una red eléctrica vieja como si fuese nueva ... no cuando el consumidor lleva más de un siglo amortizando su costo .... no cuando su valor libro es sólo una mínima fracción del VNR y menos aún, cuando el Estado, ha ayudado, incluso con dólares preferenciales, a cancelar gran parte de su costo.
He ahí la situación. Méndez, con su propuesta, furioso con Kurowski, quien no tiene la decencia de quedarse callado. ¿Cómo salimos de ésta? Por supuesto que Méndez cuenta con el respaldo del sector eléctrico, que naturalmente intuye, que a mayores tarifas, todos ellos estarán mejor y por cuanto el Ministerio de Energía y Minas parece no poder, o no querer entender, quizás pudiera acudirse a un arbitraje externo de la Cámara de Comercio de Caracas, para aclarar esta pequeña controversia.
Publicado en El Universal, Caracas, 27 de septiembre de 2001



septiembre 13, 2001

El Infierno de Hugo

El Infierno de Hugo
Al leer en días pasado a alguien que definía al infierno como el conjunto de oportunidades perdidas que vemos dibujarse ante nosotros al momento de morir, no pude menos que pensar en el sector eléctrico y el horrible infierno que éste puede traerle al gobierno.
El 21 de Septiembre cumple dos años la Ley del Servicio Eléctrico. En ella se establecieron una serie de objetivos, que debían acometerse dentro de ciertos lapsos, pero hasta la fecha no hay nada que mostrar, salvo un reglamento que no es más que una mala copia de la Ley.
Encontrándonos ante la necesidad de alargar dichos plazos sin que nadie cuestione los retrasos, yo, fiel a mi rol de usuario, sin otro mandato que el de mi propia curiosidad, me permito reflexionar sobre el origen de esta triste parálisis.
La Ley propone crear un regulador fuerte, introducir la competencia en la generación, poner a las municipalidades a supervisar la calidad del servicio y estimular al usuario a participar en el debate. Tales metas de “llevarle luz” al sector, probablemente resultan demasiado revolucionarias para quienes han disfrutado de la penumbra, tan cómoda para ocultar ineficiencias y propiciar negociados, originándose así un sólido frente de contras, que buscan nulificar la Ley.
La Ley establece que “El ejercicio de dos o más de las siguientes actividades: generación, transmisión ... y distribución, no podrá ser desarrollado por una misma empresa...” Pues bien y aún cuando suene increíble, los contras sostienen hoy que si a una empresa eléctrica, anteriormente integrada, simplemente se la divide en tres empresitas que se reparten las actividades, ya se ha cumplido con la Ley, aún cuando mantengan en común a los mismos accionistas. Más inverosímil resulta que con esta gatopardiana interpretación de la Ley, ya tienen casi convencidas a unas autoridades que, después de haber matado al tigre ahora le tienen pavor al cuero.
La ineficiencia es tal, que no se ha logrado cumplir ni con tareas menudas como la de implementar un código contable uniforme, indispensable para alcanzar un mínimo de transparencia. Y ni hablar de lo que se presenta como Propuesta de Régimen Económico ... un costoso pero pobre recetario, que parecería bajado de la Red, parcializado a favor de la industria y sin un análisis de su impacto en las tarifas del país. 
Ahora bien, para dibujar el infierno de las oportunidades perdidas, también hay que dibujar el cielo de lo alcanzable. Cada quien con su propio Shangrila, yo en el mío, como pide la Ley, ya habría fomentando la participación del capital nacional, reventado el feudo de Cadafe y creado una decena de distribuidoras regionales independientes.
Hugo, soy un independiente que reconoce que mucha gente decente ha invertido en Usted sus últimas esperanzas de lograr hacer de Venezuela un mejor lugar para sus hijos y nietos. Ello puede que no les de derecho a exigir milagros, pero sí a que Usted tome nota de las fallas existentes, revise su estrategia y destituya a los contras... para que algún día tenga chance de llegar a ver su cielo.







septiembre 03, 2001

Burrundanga sin candanga

En Inglaterra, entre 1980 y 1999, el productor de gasolina vio disminuir sus ingresos de 15 peniques a 10p por litro, mientras que el Fisco Inglés, con 20 decretos anuales, aumentó su impuesto de 11 a 58 peniques. Esa misma tendencia, altamente perjudicial para un país petrolero, se observó en la mayor parte del mundo, sin que nadie, ¡NADIE! de PDVSA, ni del Ministerio de Energía y Minas, ni del CIED, ni nuestros “expertos petroleros” hayan dicho pío al respecto. De allí que tuviera la ilusa esperanza de que la Ley de Hidrocarburos, en estudio, fuera más al fondo del problema. 
Llámenlo Excremento del Diablo si quieren, pero para mí el petróleo es y seguirá siendo una bendición para el país. Lo cierto es que, ya sea vendiéndolo a precios bajos, como despilfarrando sus ingresos, los venezolanos somos los únicos culpables de nuestra triste realidad. En consecuencia, si la Ley no ataca el problema planteado sólo podrá catalogársela como burrundanga sin candanga. Llevo años reclamando la presencia de un Ombudsman Petrolero, que defienda los intereses de los venezolanos y no pienso tirar la toalla...
El Petróleo es nuestro principal producto de exportación y debido a su importancia estratégica es frecuente víctima de políticas comerciales discriminatorias, algunas basadas en el apetito fiscal y otras, en hipócritas políticas ambientalistas, por ello considero que la Ley debería tener al menos un artículo que obligue a la Cancillería o a la autoridad competente a que, cuando negocie un tratado bilateral, le asigne primordial atención al trato que ese país le dé al petróleo. Quizás así nos evitemos la vergüenza de importar agua mineral de Francia con un arancel menor del 20%, cuando ese país le aplica a la gasolina un impuesto ad-valorem superior al 500%.
El proyecto de Ley sugiere que las operadoras aporten un 3% de su ingreso neto de exportación al Ministerio de Energía y Minas, para ayudarlos a hacer cumplir la Ley y como un 7% a PDVSA (sin decir para qué) ... ¡en total unos 300 millones de dólares al año! Por cuanto estoy harto de expertos que se rasgan las vestiduras cuando efectuamos recortes en la oferta de petróleo, pero que ven con indiferencia cuando el mundo reduce artificialmente su demanda, considero que parte de esos aportes deberían ir a financiar la Oficina del Ombudsman y a educar a los venezolanos en cómo defender nuestro petróleo y exigir resultados.


agosto 30, 2001

¿Y... el ombudsman petrolero?

Parafraseando a alguien, diría que el petróleo es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de políticos y de tecnócratas petroleros. Por ello, considero que en la Ley de Hidrocarburos deberían incluir la supervisión ciudadana de la industria. 

Para maximizar nuestros ingresos petroleros requerimos, sin duda, de una OPEP fuerte, lo que excluye toda participación privada directa en las actividades primarias de exploración y extracción. No obstante, hay ocasiones en las que un defensor ciudadano, un Ombudsman Petrolero, capaz, independiente y con recursos, puede y debe arbitrar a favor de los intereses petroleros del ciudadano común. Veamos algunos ejemplos: 
Cuando nuestra industria petrolera se dividió en filiales, seguro que hubo duplicidad de costos, pero al menos presentíamos que se vigilaban entre sí. Ese modelo fue sustituido por un centralismo total, por lo que sería bueno saber, de alguien independiente, si esa reestructuración obedeció a criterios racionales o a simple apetito de poder. 
El proceso de la Apertura, por su parte, siempre me pareció un negociado entre unos tecnócratas con sus propias agendas y unos políticos ávidos de recursos fiscales. “Déjame ejecutar la Apertura, tú rebajas los impuestos a cobrar el día de mañana y, vía una subasta, te hago llegar un cheque grande para que lo gastes hoy”. ¿Qué hubiera dicho un Ombudsman al respecto? 
Se sospecha que para que las operaciones de CITGO lucieran mejor, se le vendía petróleo por debajo de su valor mercado. Algunos incluso sostienen que, para repatriar las ganancias ficticias, se firmó con los Estados Unidos el Convenio para evitar la doble tributación. Desconozco si será cierto o no, pero que exista la duda, ya de por sí es una vergüenza. 
El impuesto sobre la renta de PDVSA debería ser del 0% y sus utilidades repartidas vía dividendos, por cuanto no es lógico que una empresa estatal pueda reducir el costo efectivo de sus gastos, con ahorros impositivos obtenidos a costa de su único accionista. Ahora bien, por cuanto no se le debe permitir a PDVSA extraer petróleo cubriendo sólo los costos directos, sin que le quede nada a la Nación por sacrificar un activo no renovable, también son necesarias regalías, pero éstas, cuando no son flexibles, pueden imposibilitar la actividad misma. El manejo fiscal de PDVSA, con una Ley rígida y en condiciones de mercado cambiantes, siempre será imperfecto. Un Ombudsman, que influya en cuánto y cuándo debe repartir PDVSA, podría ser parte de la solución. 
¿Y quién no desea su presencia cuando, como sugiere la Ley, “... por circunstancias particulares ... podrá hacerse escogencia directa de las operadoras, previa aprobación del Consejo de Ministros”? Por no hablar de cuando a PDVSA la endeudan para pasarle fondos al Fisco o cuando la obligan a asistir al BCV en política cambiaria. 
En fin, el binomio: chequera de PDVSA y poder político del Ejecutivo es demasiado fuerte para que exista una real división de poderes en Venezuela, así que... ¡Soberano, exija su Ombudsman Petrolero ya!




agosto 22, 2001

El 486 ... ¡Ojo pelao!

El 486 ... ¡Ojo pelao!
La Decisión 486 de la Comunidad Andina estipula el régimen común en materia de propiedad intelectual. Quien crea que sólo regula una relación vecinal, debe leer el artículo 2, que establece “toda ventaja, favor, privilegio o inmunidad que se concede a los nacionales de la Comunidad Andina, se hará extensiva a los nacionales de cualquier miembro de la Organización Mundial de Comercio”. ¿Estábamos conscientes de las implicaciones del 486? ¿Habremos mandado a nuestro conserje a resolver un asuntillo con el del vecino y entre los dos nos hipotecaron ante el mundo?
Conserje alzado o negociador avezado. ¿Dónde habrá aprendido a defender los intereses de quienes, como nosotros, en esencia sólo somos usuarios de la propiedad intelectual? ¿Habrán acaso estudiado la materia en universidades de los países dueños del 99.9% de tales derechos? ¿Cuándo no se encuentran negociando a favor nuestro, estarán ejecutando cobros judiciales a favor de las empresas dueñas de tales derechos?
Buscaglia y Long, en un escrito sobre la política de los Estados Unidos en la materia, sostienen que “acuerdos regionales tales como el Mercosur, por juntar a países que buscan mejorar la protección intelectual con aquéllos que no, crean los incentivos para que estos últimos adopten reformas como parte del paquete comercial”.¿Entre Colombia y Venezuela – quién empujo a quién?
Nuestros negociadores nos presentan sus trofeos. El Art. 3 dice "la propiedad industrial se concederá salvaguardando y respetando su patrimonio biológico y genético, así como los conocimientos tradicionales de sus comunidades indígenas, afro-americanas o locales.” ¿Es acaso esto un quid pro quo razonable para que nosotros aceptemos respetar, bajo sus reglas, todas las propiedades intelectuales del mundo desarrollado? ¿Acaso no sabemos que de conseguir en nuestras selvas el agua de la juventud eterna, al día siguiente alguna multinacional comprará los derechos de ella, para luego revendérnosla, al eterno? ¿Otro triunfo? El Art. 23 dice “en las invenciones ocurridas bajo relación laboral, el empleador,... podrá ceder parte de los beneficios... a los empleados inventores” ¿Estaba esto prohibido?
Al otorgar una propiedad intelectual, básicamente se emite una licencia de monopolio, lo cual contradice la tesis que predica que en la competencia se encuentra el verdadero motor del desarrollo. Para resolver tal conflicto, se debe asegurar que el organismo que certifica los derechos intelectuales, en Venezuela el SAPI, sea calificado y tenga como contrapeso un ente encargado de evitar los abusos de una posición de dominio, en nuestro caso, Pro-Competencia.
Como Pro-Competencia, para hacerle frente al inmenso poder de los propietarios de los derechos intelectuales, sólo cuenta con un presupuesto anual de poco más de un millón de dólares, a todas luces insuficiente, hay que preguntar ¿a quién queremos engañar? 
En fin, con el 486 nos hemos comprometido a abandonar el arco y las flechas, para pelear la guerra económica con armas, que ni conocemos. Que Dios nos ampare.






agosto 16, 2001

¿Prestidigitador eléctrico yo?

¿Prestidigitador eléctrico yo?
La Real Academia define como prestidigitador a quien hace juego de manos, algo así como un mago. Recientemente, el Ing. Méndez Arocha, en el Universal del 9 de Agosto, me ha atribuido tal carácter, por usar “una prosa técnica engañosa” en el debate sobre las tarifas eléctricas. No sé que decir.... siempre creí que los magos eran otros.
Tradicionalmente, cuando la distribución eléctrica, un servicio público regulado y monopólico, estaba en manos de agentes privados, se la consideraba una inversión segura pero “poco sexy”, que atraía sólo los capitales adversos al riesgo, los de “las viuditas”.
Durante los últimos años hemos visto como en muchos países unos promotores han eliminado a las viuditas del sector, abriéndole espacio a capitales especulativos con altas expectativas de rendimiento, pero... en estrecha y armoniosa colaboración con los gobiernos ....¡eso sí lo llamo magia!.
El detonante del cambio ha sido el convencer a los gobiernos de turno, que la privatización de los activos eléctricos del Estado implicaría grandes ingresos fiscales, sin afectar de inmediato el bolsillo del elector. Obviamente, esto les pareció a los políticos como caído del cielo y, engolosinados, intuitivamente captaron que, para explotar el verdadero potencial del negocio y vender los cachivaches eléctricos al máximo precio, necesitaban ofrecerle al inversionista unas tarifas más altas.
Fue en ese momento cuando los discípulos de “Voldemort” cocinaron la poción metodológica eléctrica. Como ingredientes incluyeron: la sustitución del costo no depreciado, tradicionalmente usado para valorizar y compensar los activos de distribución, por el concepto del “Valor Nuevo de Reposición” (VNR) y la calificación como justa de una tasa netamente especulativa, como lo es la de Riesgo País.
Finalmente, sugieren que al servir tal poción se la adorne con la ficción de que lo obtenido en la subasta privatizadora, es pura ganancia para el país, ocultando así su naturaleza de no ser más que otra vulgar deuda pública, pagadera por el consumidor con tarifas eléctricas.
La poción es tan potente, que de no haberse perdido ya la oportunidad, hoy permitiría incluso sostener que parte de la solución al problema de Argentina sería mediante la venta de la red eléctrica de Buenos Aires a su VNR y que el usuario argentino pague tarifas con su actual riesgo país del 21%. ¡Ché ... y todo a media luz!
Exceptuando Margarita, donde por la usura del Estado el consumidor la está pagando bien cara, Venezuela se salvó en la raya. Apoyo firmemente a la inversión privada en la electricidad, pero les recuerdo que los 63 millones de dólares que pagó el inversionista por Seneca no fueron invertidos en la electricidad de la Isla, sino en el gasto burocrático de Caracas.
Nuestra Ley Eléctrica establece que al final de la concesión, los bienes revierten a su valor libros, pero Méndez Arocha sugiere que al calcular las tarifas se les reconozca un VNR, por lo que como usuario me pregunto ¿y quién se queda con la diferencia?.
Publicado en El Universal, Caracas, 16 de agosto de 2001


agosto 13, 2001

Momentos [Mementos] Turísticos

El solo levantar vuelo a Porlamar desata reflexiones. Sobrevolando Cubagua, ¡qué sitio más bueno!.. para montar la madre de todos los Sobreviviendo, colocando 10.000 ultra pro y 10.000 ultra contra chavistas y dejar que, desarmados, negocien un proyecto de islote. 
Aterrizo en el Internacional de Porlamar y especulo sobre el impacto que para Joe W. de Texas, fanático del turismo aventura, tendría una foto donde “Er Arcarde” le entregue, para su uso personal, un chaleco antibalas último modelo marca Cavim. 
En el aeropuerto confirmo que las tiendas tipo “duty free”, que en el mundo entero significan precios altos, quedan como camufladas y no destacan en una zona “free de duty” y me recuerdo haber propuesto gravar a “L’Aisla” con unos altísimos impuestos, para luego fomentar el turismo de evasión fiscal, reivindicando así su venerable tradición contrabandista. Para Hans de Hamburgo, no debe existir cabeza de antílope que pueda competir con un certificado de evasión fiscal emitido por la Cámara de Comercio. 
Y siguiendo la misma vena, imagínense la tímida y obediente Lisa de Birmingham, tomándose una foto “negociando con las autoridades”, con ese gordito de tránsito que siempre me paraba en el cruce de la Rómulo Gallegos con Los Ruices. 
Hans y Helga, los ambientalistas de Ámsterdam, recordarán sus protestas frente a las plantas eléctricas que queman petróleo, por culpa de los genios que prefieren atravesar la Gran Sabana con un tendido eléctrico, para venderle nuestra hidroelectricidad a Brasil, más barata de la que compramos a Colombia. 
Frank de Boston podrá visitar el museo del Miss Venezuela, que deberían construir y Moníque de Cannes, reconstruir su ego en Playa El Agua, notando que aún hay quienes no son indiferentes a sus descubiertos. 
Finalmente y como gran regalo de salida, todos encontrarán en su hotel, encuadernada en cuero, copia de la Gaceta Oficial del 15 de Julio de 1998, que contiene el Instructivo No. 1 para el Servidor Público, que entre otros, en el Artículo 19 obliga al uso del “Usted”, prohibiendo familiaridades, como “mi amor”. 
Hace tiempo leí la etiqueta de un refresco, que orgullosamente proclamaba “Garantizado 100% artificial” y aprendí acerca de la importancia de la actitud mental. Francamente, Margarita es demasiada Isla para seguir la mismita ruta que las demás del Caribe, donde ya, hasta en las franelas de souvenir podemos leer, “Diferente Isla ... misma mierd....”
Publicado en El Universal el 14 de Agosto de 2001





agosto 02, 2001

Ni un solo barril

Ni un solo barril

A menos de tres años de haber sido desnudados en público, nuevamente se oyen las voces de quienes insisten que Venezuela abandone la búsqueda de un precio razonable para su petróleo, aumente su producción y se entregue por completo a las fuerzas y que “del mercado”. Según ellos Venezuela estaría mejor vendiendo 4 millones de barriles no renovables a 10 dólares, que 2 millones a 20. Con tristeza y pena ajena, les recuerdo algunos hechos. 
El índice de los precios del crudo, en términos constantes, pasó de ser un 100% en 1980 a sólo un 18% en 1998. Una rebaja en los precios de tal magnitud debería haber producido un aumento en el uso del petróleo, sin embargo no ocurrió. El petróleo, que en 1980 representaba el 43% del consumo mundial de energía, para 1998 sólo constituía el 35%. La explicación la encontramos en unos impuestos discriminatorios, unos vulgares subsidios y abusos escudados en la política ambiental. 
En Europa y muchas otras partes se cobran impuestos de más del 500% a los derivados del petróleo, llevando el precio efectivo del barril a más de 150 dólares, por lo que cada día se vende menos. Una baja en los precios del crudo de seguro sólo significará que el fisco europeo aproveche para aumentar aún más sus ingresos. 
En España en 1998 el 37.9% de su electricidad se generaba con carbón y apenas el 3.5% con fuel oil y gas. El porqué, según sus propias autoridades, está en los subsidios que pagan a su carbón autóctono. Una baja en los precios del crudo no aumentará entonces su venta, si acaso, sólo obligará al aumento de los subsidios al carbón. 
En la Florida, esa tierra que tanto hemos beneficiado con nuestro “ta barato dame dos”, ya estaríamos vendiendo nuestra Orimulsión, de no haber sido por una mafia del carbón, que logró “convencer” a sus autoridades de que la Orimulsión era sucia y el carbón limpio. Para quienes alberguen ilusiones de cambio, lamento informarles que según la prensa de los Estados Unidos los carboneros, gracias a sus generosos apoyos electorales, están más fuertes que nunca. 
A quienes crean que los altísimos precios petroleros son los causantes de la recesión económica actual y que regalarle el petróleo al mundo le permitiría tomar la senda del crecimiento económico sostenible – POR FAVOR .... 
A quienes crean que todos nuestros problemas como Nación milagrosamente se resuelven privatizando el petróleo – que le prendan velas a otro santo. Ya en 1723, muchísimo antes del petróleo, José Oviedo y Baños, en la Historia de la Provincia de Venezuela decía que “Si su fertilidad estuviera acompañada por la aplicación de los moradores y se supieran aprovechar las conveniencias que ofrece, sería una de las provincias mejor abastecidas y ricas de América.” 
Para rescatar nuestro país, requerimos del entusiasmo por defenderlo, no por entregarlo, por lo que, si queremos diversificarnos del petróleo, hagámoslo – pero no sobre la base de regalarlo. Mientras no exista un mercado libre para el petróleo, en lugar de la banda, ... quizás, .... ni un sólo barril a menos de 30.


julio 27, 2001

Del porqué no me quieren

La nueva Ley Eléctrica obliga a desarrollar un régimen económico tarifario y, como les confesara, hace poco fui retirado de su debate. Siendo de interés para el consumidor, les cuento el porqué.
La Electricidad de Caracas (EdC) lleva más de 100 años prestando un buen servicio público con características de monopolio sin poseer una concesión formal. Conforme al artículo 112 de la Ley, la EdC debe firmar un convenio con el Ministerio de Energía y Minas, a fin de que concluido un plazo transitorio, le otorguen formalmente una concesión. Negociar una concesión para una ciudad como Caracas no es cosa menor, como tampoco lo es el definir sobre qué bases se debe remunerar a la empresa.
Supongamos, para fines de ilustración, que construir una red de distribución buena y eficiente para Caracas con una vida útil promedio de 30 años costaría, a precios de hoy, 3.000 Millones de dólares. Supongamos también que, habiendo el consumidor amortizado una buena parte de su costo, el valor contable de esa misma red asentado en los libros de la EdC sea de 1.000 millones de dólares
Ante tal situación yo, como usuario consciente deseoso de que el servicio se mantenga, pero no a costa de regalarle mi dinero a la EdC, podría pensar que una manera lógica para remunerarle el valor de su red de distribución, sería cancelándole el mantenimiento de la misma y amortizando lo aún no recuperado por la empresa. El costo de mantenimiento anual estaría en el orden de 100 millones de dólares (dividiendo los 3.000 entre 30 años) y la amortización, a 30 años y al 12%, de los 1.000 millones no recuperados por la empresa, daría 124 millones, por lo que Caracas debería tener que pagar, vía tarifas, un total de 224 millones de dólares anuales por el uso de la red.
Cuál no sería entonces mi sorpresa cuando la única alternativa propuesta en el debate equivaldría a cancelarle a las distribuidoras eléctricas el valor de una red referencial a costo de reposición, es decir, los 3.000, que calculados también al 12% a 30 años, implicarían una anualidad de 372 millones de dólares.
Como consumidor, ante una muerte anunciada, protesté la diferencia anual de los 148 millones de dólares, argumentando que si en base al artículo 50 de la Ley, finalizada la concesión, los concesionarios sólo tendrían derecho al pago de la parte no depreciada de las inversiones prudentemente realizadas, es decir a los 1.000 antes referidos, cómo entonces podrían, como reguladores, aceptar los 3.000 como base.
Obviamente no esperaba ver caras amigas en la EdC, pero tampoco caras tan poco amigas entre las autoridades. Lo que se me había olvidado era que en el debate público, que en privado sostienen las autoridades del Gobierno y las empresas, lo que se negocia ayer hoy y siempre, es cómo repartirse los 2.000 millones de dólares sin que les importe un pito el consumidor. Mientras el Gobierno siga con planes de privatizar, buscará tarifas altas para vender caro y quien no lo crea, que se lo pregunte a Margarita.
Así que.... ¡Fuera Kurowski!
Posdata. Siendo un jugador global, AES conoce bien del efecto perverso de las privatizaciones en las tarifas y por eso compró la EdC.

Publicado en El Universal, Caracas, 27 de Julio de 2001

http://suombudsmanelectrico.blogspot.com/2001/07/del-porqu-no-me-quieren.html




julio 19, 2001

Y ahí están, y ahí siguen

Y ahí están, y ahí siguen

Muchos esperaban de Chávez algo más que un refrescamiento de su arrugado sistema político, ansiaban el rescate de una política económica, que produjera mejores resultados, que considerase de manera pragmática el interés venezolano y liberara al país de quienes sólo se sienten realizados copiando y pegando los paradigmas globales. Pero, ¡qué va!... ¡Qué difícil le resulta! 
Nuestra no retribuida apertura comercial, le causó un inmenso daño al país. Y ahí están... siguen negociando quienes, aspirando lograr un cambur en un organismo internacional, se desvelan por ser fashion. Y ahí están... en materia de derechos intelectuales, marcas y patentes, siguen negociando quienes buscan representar los intereses de los propietarios de tales derechos y que, para eso, estudiaron sus jurisprudencias en sus universidades.
Vemos como países como Inglaterra, que entre 1980 y 1999 aumentaron anualmente los impuestos a la gasolina hasta situarlos hoy en más de Bs.630 por litro, perjudicando nuestra principal exportación. Y ahí están... nuestro petróleo sigue, básicamente, en manos de quienes no protestaron lo que ocurría o lo que es peor aún, ni lo vieron.
Hay quienes no fueron capaces de entender, que los 63 millones de dólares recibidos por el Estado en la privatización de la electricidad de Margarita, no eran sino otra deuda pública externa, sólo que, en este caso, pagadera por el consumidor de la isla a través de las tarifas. Y ahí están... en el sector eléctrico, siguen los causantes de ello y de la crisis que se nos avecina.
En 1997 advertía que el costo directo para el país de su entonces reciente crisis bancaria, sería superado por el costo de no saberla administrar y el costo, en términos de un menor crecimiento económico, que produciría el naciente puritanismo financiero. Y ahí están... tanto la burocracia de Fogade, como quienes regulan aceptando lo que el mundo les dicta en la materia, ignorando que Basilea nunca consideró los intereses de un país en desarrollo.
A finales de los 70, Venezuela tenía una de las bancas más modernas del mundo. Y ahí están ... quienes se desvelan por defender, como grandes avances tecnológicos y sólo por ser importadas, a unas pobres y vergonzosas loterías.
En 1997 también advertí, que el país se lanzaba por un horripilante tobogán recesivo cuando, en plena recesión, aumentaba la carga fiscal e iniciaba una política cambiaria, que parecía más destinada a abaratar el ocio en la Florida y el consumo importado, que a valorizar la competitividad del empleo en Venezuela. Y ahí están.. hoy, con la tragedia consumada, hasta Fedecámaras, hogar de tanto empresario suicida, no logra salir de su confusión.
¿Podemos encontrarnos? ¡Claro que sí! Para ello sólo requerimos de un nacionalismo, inteligente y libre de complejos. Es cierto que a veces “el patriotismo es el último refugio del vagabundo”. No obstante, si Janeth Kelly puede reclamar la presencia del “Antichavista Bueno”, me creo con igual derecho, para reclamar la presencia del Patriota Bueno.




julio 05, 2001

Desde el frente eléctrico

Desde el frente eléctrico
Por advertir sobre posibles errores en la privatización eléctrica de Margarita y lamentablemente tener razón, fui invitado a participar en el proceso de reestructuración del sector eléctrico, consecuencia de la nueva Ley. Al no estar relacionado con el sector, me pareció que en mi participación debería asumir la perspectiva del usuario y como la Ley dibujaba verdaderos horizontes de cambio, me lancé con entusiasmo a la tarea.
La Ley, al obligar a una separación de actividades, apuesta a lograr que en la generación de electricidad surja una verdadera competencia y que en la transmisión y distribución, se produzca la transparencia que le permita al Regulador regular. Por cuanto esto significa llevarle la luz a un sector acostumbrado a vivir en gratificante aislamiento, no se necesitaba ser genio, para saber que el proceso no sería fácil. A continuación, algunos partes del frente.
Al inicio se pensó que con la constitución de una empresa nacional de transmisión, que fuese poseedora de los activos de transmisión de Edelca y Cadafe y gerenciada por nuevos actores, podría lograrse el quiebre de ciertos intereses creados; facilitar la competencia entre generadores y asegurar los mejores intereses energéticos del país. Lamentablemente, hasta la fecha, la “revolución”, que dicen ser tan victoriosa en otros frentes, parece haber quedado anulada frente las corporaciones eléctricas del Estado. De no ser por la arrolladora fuerza de sus argumentos y de la voluntad política de sus proponentes, de seguro que igual parálisis afectaría a iniciativas descentralizadoras como la de Hidroeléctrica de Los Andes.
El Régimen Económico aplicable al sector eléctrico tiene un especial interés para mí, como economista. Según he observado, el método tradicional de fijar tarifas consistía básicamente en que el Gobierno colocaba sobre la mesa una propuesta baja y el sector eléctrico una alta, para luego de un minué eléctrico, llegar a un acuerdo final, que se publicitaba como de gran avanzada. Si a esto le añadimos que no hay nadie que sepa, con algún grado de certeza, si las tarifas vigentes, son altas o bajas, para lo que deberían ser, debemos concluir que hay mucho trabajo por hacer.
Considero que para obtener tarifas razonables, es necesario atraer nuevamente los capitales a largo plazo, con expectativas de retorno moderadas, que fueron expulsados por la manía global de hacer del servicio público eléctrico un negocio. Sin embargo, lejos de proceder en esa dirección, luego de meses de discusión y cientos de millones gastados en consultoría, aún circula, como base para un consenso, una ridícula propuesta de remunerar con tasas riesgo- país, a los activos de distribución sobre la base de un valor nuevo de reposición, sin tomar en consideración que los consumidores eléctricos ya han cancelado gran parte de su valor.
Por mis protestas, un Viceministro, que se desvela por ser el pacífico de la revolución, me apartó del debate pero, no se preocupen, ya volveré apoyado por una asociación de usuarios.
Publicado en El Universal, Caracas, 5 de Julio de 2001

junio 21, 2001

Hugo, prohíba las naranjas venezolanas

 Hugo, prohíba las naranjas venezolanas

Hoy leo que a pesar del Plan Colombia y de la fumigación, el área de los cultivos ilícitos en ese país pasó de 103.000 hectáreas, a fines de 1999, a más de 162.000. Igualmente leo, que según Fedeagro, los cultivos de naranjas en Venezuela, en ese mismo lapso, se redujeron de 42.000 a 22.000 hectáreas. 

 

La conclusión resulta obvia. Lo que nuestros gobiernos tratan de promover, declina y lo que buscan prohibir, prospera y de ahí el ruego del título. Para ayudar a sustanciar el expediente contra la naranja, denuncio el potencial adictivo de ellas y someto como evidencia el humor mañanero de mi esposa, antes y después de tomarse su jugo. 

 

En Noviembre de 2000, en un artículo titulado “Por favor salven nuestros naranjales de la tristeza global”, le rogué al gobierno que hiciera algo por el sector. Sostenía, que entre el proteccionismo de los Estados Unidos, donde aplican un arancel de más del 60% y sólo permiten importar la mejor calidad de concentrado y la apertura venezolana, con un arancel de apenas el 20% y posibilidad de importar cualquier porquería, se incitaba a un dumping de calidad, que significaba la muerte de nuestros naranjales.

 

Según cifras de la OCEI, en el 2000 se importaron desde México y Brasil, como mínimo, 5.600 toneladas de concentrado de naranja. A razón de 12 Kg. de naranja fresca por kilo de concentrado y de 135 Kg. por árbol, dicha importación significó ignorar el fruto de unos 500.000 árboles venezolanos.

 

Si añadimos la revaluación sufrida, en términos reales, por el bolívar; la ausencia de créditos razonables; y los altos precios de fertilizantes y electricidad, estos últimos tan exorbitantes, que nos hacen pensar en una política de precios más adecuada para un precursor de actividades ilícitas, que para un insumo agrícola, creo concluir que el futuro no luce prometedor. Ya la cosecha de 2001 se acabó y sólo resta rogar que, desde ya, se tomen medidas para el 2002. Las dos que hoy sugiero son sencillas.

 

Necesitamos de unos aranceles específicos, es decir, un monto fijo por kilo.  Sólo así se puede asegurar que la mínima protección acordada, por lo menos sea real.  Actualmente, al aplicar nuestros ya de por sí bajos aranceles a unos concentrados malos y baratos, la protección se vuelve un nada de nada.

 

Se requieren laboratorios independientes, que puedan arbitrar con autoridad en materia de calidad. Hoy, la asimetría de fuerzas entre el productor de naranjas y la industria receptora es demasiado grande, como para que no ocurran abusos.

 

Esta u otra protección comercial debe hacerse con cautela por cuanto, si bien es necesaria, podría generar males mayores, si los responsables no logran basar su gestión en el conocimiento .... de la materia y no del solicitante. 

 

En tal sentido, buscando guardar el necesario equilibrio entre el sufrido soberano agrícola y mi “adicta” consumidora; le ruego a quién conozca a Hugo, que le diga de parte mía, que sus actuales capataces los intuyo incapaces. 



junio 07, 2001

El referéndum petrolero

 El referéndum petrolero

¿Estaría Usted de acuerdo con que la República Bolivariana de Venezuela firmara un contrato petrolero con los Estados Unidos de América (EEUU) en las siguentes condiciones?

* EEUU se obliga durante 50 años a partir de hoy a comprar y Venezuela se obliga a vender tres millones de barriles diarios de petróleo, de unas características venezolanas. El precio referencial (PR) será de US$25 por barril, indexado por la inflación de EEUU, más o menos un ajuste equivalente al 50% de la diferencia que exista entre el PR y el precio del mercado spot.

* Como contraprestación, Venezuela mantendrá además, a la disposición preferencial de EEUU, una cantidad adicional de 2 millones de barriles diarios, que pueden ser comprados por ese país a precios del mercado spot, siempre y cuando exista una emergencia que haga que tales precios superan el PR, en un 100%.

* Para asegurarle a EEUU el que Venezuela esté siempre en posición de cumplir con sus obligaciones de suministro, Venezuela acepta no contraer, bajo ningún pretexto, nuevo endeudamiento público para que no se descuente por adelantado la renta petrolera por recibir en 50 años y se despalillen tales ingresos en 50 días.

* Para asegurar el aplauso entusiasta del mundo ambientalista, Venezuela dedicará un 3% del ingreso petrolero a sembrar de árboles nuestro país y así dejar capturado el carbón que emite el petróleo.

* Para asegurarle a la ciudadanía venezolana su justa participación en la renta, (y que voten un SI), un 30% del ingreso petrolero bruto venezolano, deberá ser repartido directamente y por igual a cada venezolano. Tal reparto puede ser en efectivo o en tickets utilizables para servicios de salud y educación.

¿Sí o no?

De ganar el SI en un referéndum hipotético, como el antes descrito, Venezuela tendría una estabilidad macroeconómica, que le permitiría formular un verdadero plan de desarrollo y EEUU un mayor y más seguro abastecimiento energético, además de no tener que estudiar la alternativa de ampliar los límites de cobertura geográfica de planes como el de Colombia.

Pero mientras el mercado natural para nuestro petróleo, Estados Unidos de América, no sea capaz de valorar sus intereses por un período más largo que el trimestre en curso, prohíba el uso de la orimulsión para favorecer el carbón, no le importe que el petróleo caiga a 7 dólares por barril y prefiera crear costosas reservas estratégicas enterrando crudo o explotando áreas ambientalmente delicadas, entonces a cualquier Presidente venezolano, que desee defender a su país y que busque que el petróleo valga más que un miserable costo marginal de extracción, no le queda más remedio que fortalecer la OPEP y buscar alternativas en otros meridianos, así sea sólo para provocar celos.

Según entiendo, de esto es que se trata la geopolítica y es por ello que creo que a los Estados Unidos no les vendría mal estudiar algo sobre realpolitik especialmente cuando hace como 40 años, en una isla caribeña, reprobaron feamente la materia.

Posdata. Como alternativa también he sugerido la posibilidad que para fijar el PR se use el precio de mercado promedio de los últimos 5 años para así disminuir la volatilidad que hace daño tanto a los extractores como a los consumidores de petróleo.

Posdata. Habiendo observado el descarado despilfarro durante los últimos 15 años de unos increíbles ingresos petroleros, hoy exigiría que se le entregase a la ciudadanía por lo menos el 90% de las resultas petroleras... en efectivo... en dólares.